La ciudad de Potosí (Bolivia) proclamada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1987, cuenta
con el Cerro Rico que fue en su época la veta de plata más importante de todos
los tiempos y múltiples construcciones de estilo colonial como la casa de la
Moneda. Todo esto hace de Potosí una ciudad de gran actividad comercial y
turística, hacia donde multitud de bolivianos se desplazan desde otras
localidades como Uyuni, Sucre o Tarija para realizar sus actividades
comerciales. Gracias a esto podemos contemplar en Potosí una gran diversidad de
etnias producto de los flujos migratorios internos, presentando un aumento de
quechuas y aymaras en el área rural y de indígenas amazónicos y chaqueños en
las áreas urbanas. Esta diversidad étnica la podemos observar en las mujeres que circulan por Potosí, ataviadas con
diferentes estilos de sombreros o gorros y con faldas de muy diferentes tonos y
colores. Muchas de estas mujeres se desplazan a Potosí para realizar sus
compras o para vender sus productos mediante la venta ambulante en plena calle.
La actividad comercial callejera se realiza en su mayor medida por las mujeres
ayudadas en muchas ocasiones por sus hijos que realizan su actividad en condiciones muchas veces precarias y
duras debido a la climatología.