Resulta imposible caminar por New York sin levantar la cabeza comprobando
lo innecesariamente altos que son sus rascacielos. Pasan aviones constantemente
sobrevolando Manhattan y es inevitable recordar lo ocurrido el 11S. Te hace
plantearte muchas cosas sobre esa ciudad, la magia y decadencia que desprende a
partes iguales, las imágenes cinematográficas que recuerdas en cada esquina, en
cada rincón. Te preguntas si New York ha sido utilizada como escenario de
muchas películas, o si la ciudad en sí misma se construyó para ser un gran
escenario, donde la realidad y la ficción se entremezclan sin definir sus
límites, donde sus habitantes interpretan un papel que han asumido como real...
Eso me hace volver a recordar el 11S.